6 de octubre de 2008

MANIFIESTO POR LA EUROPA SOCIAL, CONTRA LAS 65 HORAS



Las organizaciones abajo firmantes, conociendo la pretensión de las autoridades de la Unión Europea de ampliar el tiempo máximo de trabajo semanal hasta las 60 horas de modo general y hasta las 65 para determinados sectores, así como la intención de implantar un sistema de negociación individual entre el trabajador y el empresario sobre la jornada de trabajo, quieren expresar su profundo desacuerdo con ambas propuestas.

Consideramos que la ampliación a 60 horas del tiempo de trabajo semanal es un retroceso histórico en las relaciones laborales y en las costumbres europeas en el ámbito del trabajo. Supone además un ataque directo a la conciliación de la vida familiar y laboral por cuanto priva a los trabajadores y a las trabajadoras de tiempo para el desarrollo de su proyecto vital y social, reduciendo considerablemente su calidad de vida y la de las personas que le rodean, en definitiva, del conjunto de la sociedad.

La ampliación de la semana laboral, al reducir igualmente las horas de descanso y esparcimiento de los trabajadores y trabajadores es un ataque directo a las bases de la seguridad y a la salud en el trabajo, comportando un aumento del riesgo de accidentes laborales que, como es sabido, supone una de las principales causas de muerte en nuestro país y los de nuestro entorno.

Ya en 1917 la Organización Mundial del Trabajo (OIT) aprobó que el tiempo máximo de trabajo semanal sería de 48 horas. A su vez, la legislación española redujo dicho tiempo a las actuales 40 horas que, en algunos sectores se han reducido a 35. Con estos antecedentes, es incomprensible un retroceso social que afecta a los ciudadanos que, con su trabajo, contribuyen día a día a una construcción europea que parece darles la espalda.

De igual manera, consideramos que dejar a la negociación individual entre el trabajador y el empresario la fijación de las horas máximas de trabajo semanal supone menoscabar otro de los pilares fundamentales de nuestro sistema de Derecho Laboral, como es la negociación colectiva, consagrada en el artículo 37 de la Constitución. Esta medida implica poner a los trabajadores y trabajadoras individualmente ante el poder de dirección del empresario, mermándoles capacidad de negociación y desequilibrando la balanza de modo injusto entre los agentes sociales.
Creemos firmemente que la construcción europea se debe sustentar en las mejoras sociolaborales de los ciudadanos y ciudadanas de la Unión, y no en priorizar medidas de calado económico de dudoso beneficio para la sociedad. Creemos posible una Unión Europea cuyo crecimiento se vea sustentado en el bienestar social de sus ciudadanos y ciudadanas, en el incremento de las prestaciones sociales y los derechos laborales, y no en el recorte de los mismos, anteponiendo medidas que priorizan la rentabilidad económica.
Por todo ello:

1. Manifestamos nuestra confianza en la negociación colectiva, reconocida en la Constitución, y en la tradición europea en derechos laborales, como pilares de la construcción de una Europa social respetuosa con los derechos de los trabajadores y orientada a la ampliación de los mismos.
2. Rechazamos la propuesta de directiva de la Unión Europea que pretende ampliar el tiempo máximo de trabajo semanal a 60 horas con carácter general y 65 horas en determinados sectores, pues supone socavar los cimientos del derecho laboral comunitario.
3. Animamos a las autoridades comunitarias y a los gobiernos de los Estados miembros a que impulsen una construcción de la Unión Europea basada en el progreso social y en la ampliación de los derechos cívicos y sociales de la ciudadanía comunitaria, para que los hombres y mujeres que la conforman sean el auténtico centro sobre el que se asiente un futuro europeo de progreso y bienestar social.
4. Instamos al Gobierno de España a que emprenda las iniciativas oportunas en el ámbito comunitario de cara a mantener la actual semana laboral y la vigencia de la negociación colectiva como vía para alcanzar acuerdos en el ámbito laboral.

5. Exigimos a los diputados españoles en el Parlamento Europeo que voten en contra de la medida de ampliación del tiempo semanal de trabajo.

2 de octubre de 2008

No a las 65 horas



JSL SE UNE A LAS MOVILIZACIONES CONTRA LA JORNADA SEMANAL DE 65 HORAS CONVOCADAS PARA EL PRÓXIMO 7 DE OCTUBRE

En 1917 la Organización Mundial del Trabajo (OIT) aprobó que el tiempo máximo de trabajo semanal sería de 48 horas, poniendo así fin a una larga historia de jornadas prolongadas y penosidad laboral propias del siglo XIX y de la Revolución Industrial.

La medida ha supuesto una constante en el Derecho Laboral europeo, tanto a nivel nacional como, con la formación de las Comunidades Europeas, en el marco comunitario. Su probado éxito en las relaciones laborales ha llevado incluso en algunos sectores y en algunos países a reducir el tiempo semanal de trabajo a las 35 horas.

Sin embargo, hemos conocido en los últimos días que las autoridades comunitarias pretenden ampliar el tiempo máximo de trabajo semanal hasta las 60 horas de modo general y hasta las 65 para determinados sectores, dejando a la negociación individual entre trabajador y empresario la fijación de las horas concretas de trabajo semanal, en una práctica conocida como “opting out”.
Consideramos que la ampliación a 60 horas del tiempo de trabajo semanal es un retroceso histórico en las relaciones laborales y en las costumbres europeas en el ámbito del trabajo. De igual modo, creemos que la construcción europea se debe sustentar en las mejoras sociolaborales de los ciudadanos y ciudadanas de la Unión, y no en priorizar medidas de calado económico de dudoso beneficio para la sociedad.

De igual manera, consideramos que dejar a la negociación individual entre el trabajador y el empresario la fijación de las horas máximas de trabajo semanal supone menoscabar otro de los pilares fundamentales de nuestro sistema de Derecho Laboral, como es la negociación colectiva, consagrada en el artículo 37 de la Constitución.

No estamos de acuerdo con una medida de esta naturaleza, que perjudica la conciliación entre trabajo y vida familiar; que es contraria a la seguridad y a la salud en el trabajo; y que abre la puerta a prácticas de competencia desleal entre empresas.

La directiva con la que se pretende ampliar la semana laboral rompe con la tradición del derecho laboral europeo y quiebra los principios que establece el nuevo tratado de la Unión Europea.